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Covid-19 y embarazo: la vacunación, la principal estrategia
La evidencia clínica actual demuestra que las embarazadas, sobre todo en el 3º trimestre, tienen hasta 10 veces más riesgo de enfermar de manera grave por el COVID-19, es decir, de tener una enfermedad con consecuencias importantes, como por ejemplo la hospitalización, en algunos casos a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), y necesitar respiración asistida (respirador). Puede, incluso, ocasionar la muerte.
Las vacunas han sido y son la estrategia principal para combatir la pandemia por SARS-CoV-2, y son altamente efectivas para prevenir complicaciones severas y muerte por COVID19 producida por las diferentes variantes de coronavirus.
Cada vez hay más evidencia sobre la seguridad de las vacunas contra el COVID-19 durante el embarazo. En los Estados Unidos, más de 100.000 mujeres embarazadas ya se han vacunado con vacunas de ARN mensajero (ARNm) (Pfizer o Moderna) y no se han identificado problemas de seguridad ni en la madre ni en el bebé.
Las vacunas de ARNm no contienen el virus vive del coronavirus y no pueden infectar la mujer embarazada ni el feto.
Las vacunas, como cualquier otro fármaco, pueden tener efectos adversos. En personas embarazadas, los que se han observado más frecuentemente son similares a los de la población general: dolor en el punto de inyección, cansancio, dolor de cabeza, dolor a las articulaciones, fiebre y escalofríos, y son de poca duración.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y los organismos competentes de Europa, el Reino Unido, los Estados Unidos y Canadá revisan continuamente los datos sobre seguridad de las vacunas contra el COVID-19 y, especialmente, también en personas embarazadas y que amamantan un bebé.
En este sentido, pues, todas las sociedades científicas y profesionales, tanto locales como internacionales, recomiendan que las personas embarazadas se vacunen contra el COVID-19 en cualquier momento del embarazo y hacen la misma recomendación para las personas en periodo de lactancia.
A pesar de que una conversación con un médico puede ser útil, no tiene que ser un requisito previo a la vacunación, puesto que esto puede provocar barreras de acceso innecesarias.
De manera similar a las personas no embarazadas, la vacunación de las embarazadas con una vacuna COVID-19 se puede producir en cualquier entorno autorizado para administrar estas vacunas. Esto incluye cualquier entorno clínico y lugares de vacunación comunitarios u otros lugares de vacunación masiva.
Las pruebas de embarazo no son requisitos previos a la recepción de ninguna vacuna COVID-19 aprobada.
Las afirmaciones que relacionan las vacunas COVID-19 con la infertilidad no tienen fundamento y no tienen pruebas científicas que las avalen. Se recomienda la vacunación para todas las personas que puedan considerar un futuro embarazo.
Las vacunas COVID-19 se pueden administrar simultáneamente con otras vacunas, incluido el periodo entre 7 y 14 días posteriores a la recepción de otra vacuna. Esto también vale por vacunas que se administran habitualmente durante el embarazo, como por ejemplo la gripe y el Tdap.
Las vacunas han sido y son la estrategia esencial para combatir la pandemia COVID-19. Sin embargo, se ha visto que pierden capacidad de prevención de contagios, es decir, de inducir la síntesis de anticuerpos con actividad neutralizante, capaz de reducir la infectividad ante los sublinajes más contagiosos y con más capacidad de invasión al huesped, tanto de la variante delta (proveniente de India), como de la variante beta (proveniente de Suráfrica), que está menos extendida en nuestro medio, pero que es más resistente a las vacunas.
Las personas previamente infectadas con la variante beta pueden ser más susceptibles a la reinfección por la variante delta. Como decimos, la efectividad ante la progresión de complicaciones severas y muerte por COVID19 continúa siendo buena. La variante delta ha provocado un aumento de las hospitalizaciones en el Reino Unido, dado que se trata de pacientes más jóvenes y, en general, menos vacunados, entre las que se encuentran las embarazadas Las vacunas disponibles -sobre todo Astra Zeneca y Pfizer-, continúan siendo altamente efectivas para proteger de la hospitalización a UCI y/o muerte.
El mensaje que tenemos que extraer de los recientes estudios epidemiológicos y clínicos que nos van proporcionando conocimiento de forma continua, y a la luz de la aparición de las nuevas variantes del coronavirus, es que la principal estrategia para protegernos -y proteger a las personas de nuestro entorno-, es vacunarnos sin dejar de tener presentes las medidas de prevención y protección básicas, como son las distancias, el uso de mascarilla, la desinfección de manos y el control de infectados mediante el uso masivo de tests de antígenos, sobre todo en contexto de fluencia masiva de personas, tanto en espacios abiertos como, básicamente, en espacios cerrados.
Dra. Raquel Ferrer Oliveras, obstetra en Hospital Quirónsalud Barcelona.