Y es que, aunque el embarazo y el parto hayan ido tal y como esperábamos, es importante saber que la llegada de nuestro bebé puede venir acompañada por estados de ánimo en los que pasaremos de la alegría al llanto fácil, de la irritabilidad a la euforia, del cansancio a dudar de nuestra capacidad como madres. Instantes en los que la ansiedad y el miedo parecen dominarnos. Todo ello resulta normal. Se trata de lo que conocemos como tristeza postparto, una montaña rusa de emociones que puede prolongarse durante días o semanas. Normalizar y verbalizar estos sentimientos os ayudará a asumirlos y superarlos.

El refuerzo afectivo y logístico de la pareja y la familia será de gran ayuda durante esos primeros días tan intensos y laboriosos. Hacer partícipe a nuestra pareja en el cuidado del bebé reforzará además el grado de complicidad y confianza en nuestro nuevo rol de padres. No tenemos por qué ser una supermamá o una supermujer. No pasa nada si nos dejamos ayudar.

Asimismo, es aconsejable alimentarse adecuadamente, conciliar nuestro descanso con el sueño del bebé o encontrar tiempo para compartir con la pareja. Y, aunque parezca una obviedad, también puede resultarnos muy beneficioso relacionarnos con otras parejas que viven la misma experiencia.

Poco a poco la tristeza postparto desaparecerá y conseguiréis vivir con plenitud la crianza de vuestros hijos.

Marifé Estébanez

Matrona